La ofensa

«Las personas pasan gran parte de su vida sintiéndose ofendidas por lo que alguien les hizo»

10 MOTIVOS PARA ELIMINAR LA OFENSA EN TU VIDA

1-La ofensa no existe, es la opinión que tenemos de las cosas, de lo que debería ser y las expectativas de que tal cosa suceda, lo que nos hace daño.

2-La perfección no existe, todas las personas tenemos derecho a guiar nuestra vida y aprender de nuestros errores.

3-Es imposible agradar a todos, así como no es posible que todos me agraden.

4-Tanto el que insulta como el que se ofende y reacciona han perdido el control sobre sus pasiones.

5- No tiene sentido perder la razón ante alguien que, al insultarnos, ya demostró haberla perdido.

6-Cuando alguien nos insulta somos tan responsables de dejarnos arrastrar por la ira como de dar una respuesta sana, sensata y justa.

7-Podemos aceptar y recibir el hecho del insulto tal cual es, sin por ello estar de acuerdo con su contenido.

8-Si el que me insulta está expresando una verdad sobre mí, aunque de modo inadecuado, aprovecho la oportunidad de tomar conciencia de ello y así poder superarme. Si el insulto no responde a la verdad, entonces no soy quién el otro cree que soy, en cuyo caso no existe motivo alguno para preocuparme.

9-Permanecer en calma nos permite gobernar la situación y sembrar la semilla de la duda las creencias del contrincante.

10-Lo primordial ante el insulto no es el agravio recibido, sino la forma en que respondemos a él.

Fuentes:

-Gabriel Jorge Castellá

-Epicteto

Depresión

Si te estás diciendo alguno de estos mensajes: 

• Mi día a día me resulta agotador
• He perdido la ilusión y no siento placer por nada 
• Siempre he sido incapaz, está en mi forma de ser 
• Pensaba que podía pero no soy capaz 
• Me siento decepcionada 
• El mundo no comparte mis valores 

Recuerda que la tristeza es algo natural. Khalil Gibran dijo que por muy larga que sea la tormenta, el sol siempre vuelve a brillar entre las nubes.

Un desengaño o una decepción, una ruptura sentimental,  la muerte o pérdida de un ser querido, la pérdida de una oportunidad o de un trabajo, etc, provocan sentimientos de tristeza que son normales durante un periodo de tiempo. Sin embargo, si esa tristeza es profunda y te invalida en tu día a día durante mucho tiempo quizá haya llegado el momento de pedir ayuda.

Depresión y psicofármacos

Si has acudido al médico y te ha dado un diagnóstico de depresión quizá te estés preguntando qué alternativas existen a la toma de psicofármacos para mejorar tu estado de ánimo.

Debes saber que aquello que haces cada día está influyendo sobre tu estado de ánimo y es en ese día a día donde puedes encontrar la solución. A partir de hoy:

-Deja cualquier adicción. Ante la toma continuada de drogas se modifica el circuito de recompensa del cerebro y nuestro cuerpo anhela rápidamente el éxito inmediato.

-Termina aquello que empiezas. Márcate pequeñas metas que puedas ir alcanzando y señala los éxitos en el calendario. Esto ayudará a tu motivación.

-Busca un hobby que te mantenga en un estado de concentración en algún momento del día. Por ejemplo la meditación, te ayuda no pensar demasiado en aquello que te preocupa.

-Haz ejercicio regular y come regularmente almendras, aguacates, bananas, té verde, sandía o yogur. Así estarás ayudando a tu cerebro a generar las sustancias químicas necesarias para tener una mente positiva.

-Escucha música que te guste. Encuentra un momento en tu día para envolverte de acordes que te estimulen. Está demostrado que la música es un gran estimulante para el cerebro.

Una vez tengas tu vida organizada de esta manera le estarás dando una segunda oportunidad a tu cerebro para salir adelante sin necesidad de correr el riesgo de crearte una dependencia a una solución falsamente mágica como es la toma de psicofármacos.

Cómo construimos trampas mentales II

Existen combinaciones de trampas mentales que conducen a la constitución de un círculo vicioso patológico y son el origen de la psicopatología.

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Como ya hemos visto, ninguna trampa mental parece serlo a primera vista puesto que ha funcionado anteriormente y está asumida en sociedad como una solución efectiva pero,  incluso ante situaciones similares, la solución requerida suele ser distinta y si nos mantenemos rígidos en nuestro modo de actuar y/o pensar puede ser peligroso.

A lo largo de más de veinte años de investigación en psicoterapia se ha identificado ciertas trampas mentales que, combinadas, aparecen en las formas más importantes de trastornos psíquicos y comportamentales —como los ataques de pánico, las obsesiones, los comportamientos compulsivos, las manías, las depresiones, los trastornos sexuales, etc.—

Por ejemplo:

Quien padece ansiedad, como quien padece una fobia, activa tres trampas que al combinarse generan el desorden. La persona tiende a evitar situaciones que teme (incluso pensamientos), tiende a demandar seguridad y protección a las personas que lo rodean a la hora de realizar ciertas tareas y trata constantemente de controlar sus propias reacciones psicofisiológicas.

Este es un guión  de comportamiento que la persona repite en el tiempo porque a simple vista le funciona pero, aunque al principio estas soluciones le reducen su sensación de malestar poco tardan en alimentarla. Por una parte, evitar una situación que le crea malestar o le  asusta, le da la sensación de haber sorteado el peligro pero, si la evitación se repite en el tiempo confirmará su incapacidad para gestionar la situación. Por otra parte, la demanda de protección y de ayuda por parte de los demás, al principio, le hace sentir a salvo ante el peligro pero luego le provoca una devaluación de sus propios recursos  para afrontar la situación. Y por último, cualquiera que haya sufrido ansiedad o pánico sabrá que al intentar controlar mentalmente sus reacciones fisiológicas espontáneas sólo consigue alterarlas, se produce una reacción paradójica y cuanto más trata de controlar su ritmo cardíaco, más aumenta; cuanto más trata de regular su respiración, más se acelera, y cuanto más trata de mantener el equilibrio, más inestable se siente.

La reiteración de este círculo vicioso conduce a una profunda pérdida de confianza en la propia capacidad para gestionar sus propias reacciones psicofisiológicas y le hace sentir impotente y víctima de algo contra lo que no puede luchar sin salir perdiendo.

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Cómo construimos trampas mentales

Toda acción y pensamiento aplicados de modo redundante y rígido fomentan la formación de trampas mentales y de posibles patologías psíquicas y comportamentales.

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Como método de supervivencia y fruto del aprendizaje nuestra mente se organiza en simples asociaciones y esquemas de las experiencias que vivimos. En un intento de ahorrar energía nuestra mente nos lleva a insistir en aplicar técnicas y repetir comportamientos que han funcionado en el pasado. Esto es, muchas veces, lo que nos permite vivir el día a día sin demasiado esfuerzo. Sin embargo, en muchas ocasiones es esta misma ‘ley del mínimo esfuerzo’ la que nos hace descuidar que un  mismo asunto, en circunstancias diferentes, suele requerir una solución distinta.

_La generalización representa una nefasta trampa mental que a menudo repetimos con insistencia_

Además de este funcionamiento fisiológico, el enquistamiento de nuestro comportamiento en un guión de actuación inevitable, basado en creencias e ideas preconcebidas arraigadas en la forma de pensar y actuar tanto individual como colectiva, también nos hace proclives a construir trampas mentales.

Las trampas mentales son el resultado de la sobredosis o la desviación de un comportamiento sano y adaptado o lo que es lo mismo, toda acción y pensamiento aplicados de modo redundante y rígido fomentan la formación de trampas mentales y de posibles patologías psíquicas y comportamentales.

Estos son algunos ejemplos de cómo el exceso conduce a la patología:

-el control de nuestras reacciones llevado al límite produce el efecto paradójico de la pérdida de control y se transforma en un desorden fóbico-obsesivo.

-prestar extrema atención al grado de aceptación que los demás tienen de nosotros alimenta la duda de ser rechazados y se torna paranoia.

-las características sensibilidad y receptividad mal gestionadas y llevadas al extremo habitualmente se convierten en fuente de ansiedad y puede llevar a desarrollar un trastorno psíquico y comportamental.

-si la inteligencia no se orienta ni se gestiona bien se puede transformar en obsesión y duda patológica.

En resumen, se puede decir que existen fundamentalmente dos características humanas que nos hacen proclives a construir prisiones mentales y de comportamiento. Estas son, el funcionamiento fisiológico de nuestra mente y el enquistamiento de nuestro comportamiento en un guión de actuación inevitable.

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Psicotácticas

Consciente o inconscientemente todas las personas tenemos una estrategia con nosotras mismas y con los demás.

Lo primordial de una estrategia es que empiece ahora y pueda continuar después. Esto significa que tu capacidad de generar un cambio ahora es algo poderoso y sólo ahora estás rodeado de oportunidades para empezar y poder continuar más tarde. Ahora tienes la oportunidad de hacer lo que casi siempre haces o hacer algo diferente, de aceptar las cosas o negarlas, de dejar ser a otros como quieren ser o querer que sean como tú eres, de actuar conforme a lo que crees o a lo que creen otros, de recordar o querer ser recordado.

«Si piensas siempre en la comida con el estómago lleno, nunca te preocupará el sabor» Huanchu Daoren

El Modelo Constructivista

“Vosotros sois los artífices de vuestra condición pasada, presente y futura. La felicidad o el sufrimiento dependen de vuestra mente y de vuestras interpretaciones de la realidad”. Buddha Sakyamuni

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Este espacio pretende argumentar cómo las personas ‘construyen’ sus propias patologías y cómo este proceso puede funcionar también en la dirección contraria.

De acuerdo con la moderna filosofía de la ciencia, cada persona crea su propia realidad sobre la base de lo que hace, guiada por la perspectiva que asume en la percepción de la realidad con la cual interactúa. Es decir que, la realidad cambia según el punto de vista de quien la mira y las personas hacemos diferentes atribuciones sobre la misma realidad; estas diferencias provocan reacciones diversas entre las personas frente la misma realidad.

Desde este enfoque se asume que no existe un conocimiento realmente verdadero de las cosas, solamente puede existir un conocimiento idóneo, o bien un conocimiento instrumental que nos permita administrar la realidad con la cual interactuamos.

Todo esto conduce a tomar distancias de las tesis deterministas o positivistas que quisieran defender la posibilidad de un conocimiento científicamente verdadero, y «optar por el estudio de los modos más funcionales de proceder con relación a una realidad nunca del todo verdadera, ya que ésta es fruto de los puntos de vista que adoptamos, de nuestros instrumentos cognoscitivos y de nuestros modos de comunicarnos». Watzlavich, 1992.

Sobre la base de la conciencia de la imposibilidad de lograr una verdad definitiva, el modelo constructivista, se encamina hacia el perfeccionamiento de nuestra conciencia operativa; o sea, de nuestra capacidad de administrar estratégicamente la realidad que nos rodea.

Von Glasersfeld (1995) dijo que hoy se debe adaptar nuestro conocimiento a las realidades parciales, construyendo, frente a los problemas, estrategias que se basen cada vez más en los objetivos que nos trazamos, y que se adapten paso a paso al desarrollo de tales realidades.

De modo que, la transición es de un conocimiento que pretende describir la verdad de las cosas, el positivista y determinista, a un conocimiento, el constructivista, que nos permite adaptarnos eficazmente a lo que percibimos y cuyo desarrollo se presenta mediante un CONOCIMIENTO OPERATIVO QUE NOS ENSEÑA A GOBERNAR LA REALIDAD DEL MODO MÁS FUNCIONAL POSIBLE.

En palabras de Oscar Wilde “No existe una realidad verdadera, sino tantas realidades como se pueden inventar”.

La recuperación espontánea

Las historias de recuperación espontánea, como la de aquel hombre que tiene miedo a alejarse de una zona de seguridad y vive durante años encerrado en casa hasta que decide terminar con el calvario efectivamente alejándose (como imaginan el hombre supera el miedo, su vida vuelve a ser normal con una simple acción), demuestran que los sufrimientos y los problemas humanos, por complejos que sean y aunque persistan durante años, no tienen por qué requerir largas intervenciones o soluciones complicadas.

La retórica helenística y el arte chino, junto con conocimientos constructivistas, de hipnosis y sugestión nos ayudan a resolver de forma eficaz y en poco tiempo la mayor parte de los problemas psicológicos.

La simbiosis, el camino de la evolución

Durante todos los tiempos el ser humano ha subsistido y evolucionado en colaboración con diferentes especies y con la suya propia. Ha talado árboles para navegar e impulsado por el viento, ha pescado y conquistado otras tierras. Sin esta colaboración nuestra expansión habría sido imposible.
Este nuevo año 2018 debemos reflexionar acerca de este hecho, dependemos unos de otros y de otras especies. En el proceso de la evolución la simbiosis siempre ha sido y seguirá siendo necesaria.
¡POR UN 2018 SIMBIÓTICO!

 

Def. Simbiosis:
Asociación de individuos animales o vegetales de diferentes especies,en la que ambos asociados sacan provecho de la vida en común.
Cualquier asociación en la que sus miembros se benefician unos de otros.

Las explicaciones y sus límites

Tendemos a preguntarnos el ‘por qué’ de todas las cosas y la pregunta ‘por qué’ siempre ha desempeñado un papel protagonista en la historia de la ciencia. Supuestamente la ciencia se ocupa de explicaciones, sin embargo no somos capaces de explicar por qué el conocimiento científico concibe la explicación como condición previa al cambio.
Tenemos la falsa creencia que supone que para resolver un problema hemos de comprender primero su por qué. Pensemos en algunos ejemplos sencillos: el fumador que comprende por qué empezó a fumar y porqué tiene que dejarlo pero aún así no logra remitir en este comportamiento o la persona que comprende que debe relajarse en su día a día pero no lo consigue. Sin embargo, en ambos casos podemos considerar la situación tal como existe aquí y ahora y hacer algo con ella o acerca de ella. Al proceder así estamos preguntando ‘en qué consiste la situación’, ‘qué está sucediendo aquí y ahora’.

Wittgenstein en sus investigaciones filosóficas adopta una actitud muy firme frente a las explicaciones y sus límites. Afirma que “Las explicaciones llegan en alguna parte a un límite”. De hecho si todas las posibles cuestiones científicas pudieran responderse, los problemas de nuestra vida no se habrían rozado en absoluto. Desde luego no queda entonces ninguna cuestión pendiente y esto es precisamente la respuesta. La solución del problema de la vida está en la desaparición de este problema.

En el estudio del comportamiento humano existen dos posibilidades que llevan al mismo punto: o el pasado no es causante del futuro o sí lo es. Puesto que el pasado no se puede cambiar tenemos dos opciones: o nos vemos forzados a abandonar toda esperanza de cambio o bien admitimos que el pasado ejerce influencia sobre el presente tan solo a través de la interpretación presente de las experiencias pasadas.

Sea como sea en ambos casos la cuestión importante es “Cómo se puede producir del modo más eficaz un cambio en el comportamiento presente en el sentido deseado”.